Aquí nos encontramos una vez más a Alsina, y esta vez no es con su pirámide matemáticas. En este artículo nos habla de que ahora preparamos a los alumnos para que sean capaces de aplicar las matemáticas en cualquier situación de su vida diaria, para ello debemos buscar el desarrollo de la competencia matemática y no enfocarnos únicamente en la adquisición de contenidos.
Alsina nos habla de que en la competencia matemática los contenidos y los procesos se retroalimentan entre ellos. Los procesos matemáticos son: resolución de problemas, razonamiento y prueba, comunicación, conexiones y representación. Los procesos nos ayudan a crear la habilidad de aplicar los conocimientos a la vida diaria. Los contenidos son: números y operaciones, álgebra, geometría, medida y análisis de datos y probabilidad.
Mogens Niss y PISA apoyan de manera directa el enfoque competencial, y dicen que el objetivo es crear ciudadanos capaces de razonar, aplicar, solucionar y analizar problemas matemáticos con las ocho competencias actuales.
Alsina en su artículo nos explica que necesitamos una serie de tips para que exista el aprendizaje significativo en el aula y esos tips son:
- Partir de la experiencia del alumno
- Conectar las matemáticas con temas de interés
- Identificar dificultades
- Animar a las familias a participar.
Para todo esto conocemos la pirámide de Alsina (2010) en la que encontramos diferentes recursos ordenados de mayor a menor uso, encontrando en la cúspide el libro de texto y las fichas (aunque parezca mentira) y teniendo en la base los elementos de la vida cotidiana y la matematización del entorno.
Alsina también propone cinco fases para aplicar y diseñar actividades de matemáticas en el aula:
1. Matematización. Si eres profe ¡Matematízate! y matematiza los contextos de enseñanza aprendizaje.
2. Trabajo previo en el aula: el diálogo es clave para empezar
3. Trabaja el contexto: haz que los alumnos piensen
4. Trabajo posterior en el aula: los alumnos entre ellos empiezan a compartir lo emprendido, para crear andamiaje (Bruner)
5. Formalización de los aprendizajes adquiridos: representación simbólica.
Para terminar y para que todo esto pueda llevarse a cabo, el maestro debe ser una persona activa en el proceso de enseñanza aprendizaje y en su propia vida, debe impulsar a los alumnos a llevar a cabo todas estas estrategias para poder comunicar las matemáticas y para establecer relaciones entre contenidos y procesos.
Alsina, Á. (2016). Diseño, gestión y evaluación de actividades matemáticas competenciales en el aula. Épsilon, 33(1), n.º 92, 7-29.
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