Hola matemáticos, hoy os presento un artículo de nuestra ya conocida María Antonia Canals. En este caso hablaremos de la educación matemática en las primeras edades.
Canals en este artículo define las matemáticas como ciencia y arte. Para los docentes las matemáticas deben ser mucho más que una ciencia y debemos sentir la responsabilidad más allá de transmitir conocimientos, pero para ello debemos saber qué tenemos que enseñar.
Ser docente es complicado sobre todo en esta era, ya que todo cambia y hay que adaptarse para poder crear un aprendizaje significativo en nuestros alumnos. Nuestro objetivo es que nuestros alumnos aprendan mediante el descubrimiento en diversas experiencias.
Los alumnos cuando convierten el contenido en vivencia son capaces de forjar unas actitudes favorables, sentar unas bases conceptuales sólidas y adquirir habilidades y destrezas.
En este artículo María Antonia Canals se centra en dos etapas educación infantil y educación primaria.
Respecto a la educación infantil, de 0 a 2 años, el niño sienta las bases de las destrezas dirigidas a las Matemáticas, pero como nos decía Piaget, no es consciente de el resultado de sus vivencias. A partir de los 2 años, empieza a comprender el valor de sus experiencias y cómo llegan a los resultados. Este va a ser capaz de hacer relaciones entre las características de los objetos, magnitudes, elementos lo que demuestra un desarrollo significativo del pensamiento matemático. Hasta los 7 años, el niño empieza a hacer relaciones fuera de la escuela, fijándose en lo que ocurre en la vida cotidiana cuando juega, va por la calle, etc. Antes de llegar a primaria, los niños absorben todo lo que hay a su alrededor.
El paso de infantil a primaria¸ es complejo para los niños ya que aparecen nuevos retos basados en la observación, la memoria, la reversibilidad del pensamiento, las operaciones… Con estas habilidades ellos serán capaces de sumar y restar, tener la noción de separación y continuidad, de toda la geometría, etc.
En la educación primaria el niño ya ha adquirido habilidades y empieza a hacerse preguntas, como ya nos anticipaba María Antonia Canals (Biniés, 2008) y Santaolalla y Roz (2019) y Alsina (2016). Casi todos los autores de este curso nos hablan de la importancia de los interrogantes, provocárselos a los alumnos y hacerlos nosotros.
El niño empieza a adquirir progresivamente destrezas como el cálculo mental, la estimación, el análisis, las herramientas de geometría y medida, la búsqueda de estrategias en la resolución de problemas… Todo el aprendizaje se va acumulando y reordenando en la mente del niño, hasta que llegan a la ESO y se desarrolla y consolida, pero en primaria desarrollan el conocimiento experimental, es decir, la etapa de las operaciones concretas (Piaget).
Como docentes tenemos que enfocar la mirada a nuestra realidad escolar, transformando los contenidos en vivencias. Al igual que hacemos con el modelo ESRI planteado en el artículo de Santaolalla y Roz (2019), tenemos que darles la oportunidad a los alumnos de que experimenten, que sientan, que se emocionen. Utilizando materiales manipulativos, cambiándolos de posición, jugando, haciendo preguntas y respuestas, dándole importancia a lo esencial.
Para terminar el artículo Canals nos da unas pistas para actuar. En primer lugar, debemos empezar por los cimientos, tomar medidas que sean posibles y actuar, perdiendo el miedo a la innovación. También, nos dice que debemos priorizar en lo que es mejor para nuestros alumnos y no dejarnos llevar por las normas, ni las modas. Algo que antes de empezar la carrera no me parecía importante y ahora considero vital, como ella dice es el trabajo cooperativo con otros docentes, hacer grupos de maestros, dialogar con expertos… y sobre todo no perder la esperanza.
Canals, M. A. (2001). La Educación Matemática en las Primeras Edades. Conferencia Plenaria 2. Acta de las X JAEM, (pp. 49 – 60). Zaragoza.
Commenti